Hoy contamos con la visita de Sandra Ruiz, Miss agenda limón, la reina de las fotos bonitas, de las explicaciones sencillas, de la sonrisa radiante y una de las personas que siempre estará dispuesta a ayudarte, en cualquier cosa, sólo tienes que pedir.
 
Y hoy nos visita para dejarnos entrar por una rendija en sus recuerdos, en su forma de ver la vida, para que la conozcamos un poquito mejor, y lo hace con la generosidad que le caracteriza, cómo la cosa más normal del mundo, así que ponte cómoda y disfruta de su relato.
 

Cuando veo mujeres emprendedoras que tienen como referentes a sus madres, abuelas, casi me siento abrumada por no ser igual. Lo “normal” es que la persona que tienes como referente en tu vida, como apoyo incondicional sea eso, tu madre, pero en mi caso no es así, en mi caso es mi hermana Sofía.
 
El otro día, estábamos de paseo, sacando a los nenes a que vieran el ambiente de la navidad y le dije “Sofia, te quiero mucho”. Así sin más. Ella me pregunto, ¿ y eso? ( y no porque le extrañe que la quiera, sino porque no venía a cuento… no hablábamos de una historia vivida por las dos en concreto en la que “pegara” decirle te quiero),
 
Pero ¿cuándo es el momento de decir a una persona que siempre ha estado a tu lado, ante lo bueno y lo malo en tu vida te quiero, cuando? ¿Cuándo viene a cuento decir un simple “Te quiero hermana”?, creo que siempre.
 
Además cuando le digo que la quiero , son dos palabras que salen de dentro, de las que te saben a chocolate, de las que te calientan como un abrazo, de las que rozan tu piel y son una caricia, de las puras, de las incondicionales , de las que cuando las sueltas casi te quitas peso de encima de todo lo que lleva ese Te quiero y lo llevas guardado en ti, en tu alma.
 
Ella siempre se emociona, lo veo en sus ojos porque brillan, no se acostumbra…
 
Pero es así, mi hermana, ha estado en todos los momentos buenos y menos buenos de mi vida. Es decisiones tan importantes como dejar un trabajo para irme a la nada, en mi boda, en momentos como la operación de mi pequeño donde estuvimos sentadas mirando una puerta durante 7 horas seguidas hablando en silencio con la mirada, en momentos donde no tenía ni fuerzas para abrir los ojos y el corazón seco y ella me ofrecía una sonrisa y un plato de comida caliente, sin más preguntas, en momentos de risas, pero también de lagrimas, en el camino de Santiago ( que ella odia) pero por mi hizo etapas de 25 km por cumplir una promesa… y tantos y tantos momentos.
 
Aquel día, en de las 7 horas, el 30 de enero del 2013, supe lo importante que era en mi vida Sofia. La fuerza que me transmite su sola presencia, lo mucho que me entiende.
 
Junto a ella he crecido como persona, es así. Porque me ha hecho ver cosas que no veía, y corregir cosas que hacía mal. Ella tiene derecho a decírmelo, ¿Quién si no? ☺
 
Por eso decirle Te quiero , sin más, no es un sin más cualquiera, es un sin más cargado de historias bellas vividas juntas, y todas las que nos quedan por vivir.
 
Como le dije en su boda, Sofia eres mi angel de la guarda, dulce como la miel bella y delicada como las orquídeas.
 
Gracias Raquel por dejarme rendirle un homenaje.
 
Un beso grande.
 
Sandra