Evalúa tu proyecto, haz balance y avanza hacia tus objetivos

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¿ Porqué tenemos que hacer balance?

Estamos a un paso de alcanzar el verano, el calor se ha colado bajo nuestra ventana, al menos en esta parte del mundo, y comenzamos a soñar con las vacaciones de verano, el cansancio va haciendo mella en nosotros y poco a poco, nos dejamos llevar por la brisa estival.
Para mí, esto significa que estoy ya a las puertas del verano, y con ello podré recuperar un poco de tiempo para mi, para mi familia, para disfrutar, dormir hasta tarde sin que suene el despertador y sin mirar ni una métrica ni media.
Y ya sabes que me gusta aprovechar estos momentos de relajación para hacer balance del año, soy capaz de verlo todo con ojos benévolos, descansados, sin estrés. Recuerda que en febrero hicimos un adelanto, nos dejamos llevar por la euforia del comienzo del año, por la mitad del ejercicio e hicimos balance de los primeros seis meses del año.
En su momento sacamos conclusiones, algunas buenas, otras no tanto, comprobamos en el punto en el que estábamos y volvimos a trazar un plan. Nuestro camino no era nuevo, revisamos conceptos ya conocidos y supimos que debíamos poner el foco en algunos puntos.
Yo debía replantearme algunos objetivos, algunas cuestiones organizativas y debía tomar algunas decisiones para que todo fuera mucho mejor.
De esa evaluación salió lo que ha sido mi trabajo del resto del año, supe en que debía centrarme y donde poner la atención, y sobre todo supe en qué orden debía hacerlo. Así que mi ruta lleva estos nombres:
1.- He trabajado la comunicación interna, el ejercicio de la paciencia y la organización de un nuevo equipo.
2.- Decidí que estaba lista para incorporar el SEO a mi estrategia global sin volverme loca, aunque cuento con ayuda para eso.
3.- Comencé la organización de mi campaña de email marketing, de principio a fin y de manera profesional. Para esto también cuento con ayuda.
4.- Tomé las decisiones definitivas para que mi diseñadora preferida, Lunes Design, lleve a cabo las modificaciones de la web.
De mis conclusiones anteriores la que más me pesó fue la que me afectaba personalmente, la relación con mi equipo, la importancia de gestionar al grupo con sensatez, intentando que fluyamos y nos apoyemos unos a otros.
Esta era la conclusión que más me reprochaba, porque sé que tengo que hacer para que las cosas funcionen y no hice lo necesario.
Y fue a partir de ahí, de reconocer lo que no había gestionado bien, de materializar donde no había llegado y de apartar todas las excusas de encima, junto con todas las que si hice bien, fui capaz de ver las cosas cómo en realidad eran.

El balance interior como reflejo del exterior

Pese a que el final de 2016 (el comienzo de mi año) fue malo, muy malo, logré poner distancia entre los desastres y yo.
Saber que tu exterior depende directamente del interior es una gran ventaja, sólo hay que pararse y hacer balance personal. Casi siempre el balance empresarial depende de cómo nos encontremos nosotros. Y poder comprobar que pese ha cómo ha ido el año yo quiero seguir con mi trabajo, con mi proyecto, reconectar mis ilusiones, sueños, anhelos y trabajo, es un gran paso.
Así que ya sabemos porqué es necesario evaluar tu proyecto. Saber donde te encuentras exactamente, saber en el punto en el que te encuentras, para mi es una de las herramientas más poderosas que posees para hacer avanzar tu empresa, para avanzar en tus objetivos.
Cuando no sabemos el resultado de nuestro esfuerzo, cuando no somos capaces de cuantificar los esfuerzos o de hacer números y ver si vamos por el buen camino o simplemente si hay que tomar otras decisiones, no hay nada que podamos hacer para avanzar, si no sabemos donde estamos, no podremos averiguar cuanto nos queda para llegar donde queremos estar.
Hacer balance se transforma en una obligación si quieres avanzar, si quieres ir un paso más allá de donde te encuentras, si quieres conseguir tus objetivos.
Para ello solo hay que coger papel y boli y sentarte cómodamente y sin prisas, y si quieres, con una música que te alimente el alma. Haz una lista con los objetivos con los que comenzaste, tacha los que descartaste a mitad de camino porque decidiste que no servían, y comparalos con el punto en el que te encuentres.
No solo debes evaluar los ingresos y gastos de tu negocio, también puedes evaluar el número de suscriptores, el número de elementos que has vendido de tu nueva obra, los seguidores que has conseguido o el número de personas con las que has colaborado.
A mi en este punto me encanta recapitular todas las personas que he conocido este año y que definitivamente valen la pena, que incorporo a mi balance. Todas ellas enriquecen mi presente, y por ende, mi interior.
Reconozco que los números son lo más sufrido, son lo que son, no hay manera de engañarnos. Yo suelo comparar mis resultados del año con los últimos cinco, para poder comparar y evaluar que ocurrió el año que fue mejor.
También avalúo los números por meses, así soy capaz de saber de antemano los flujos de trabajo, de ventas, de caja, y me ayudan a tomar decisiones en base a esos datos.
Utilizando este método pude darme cuenta hace unos años que los meses que tradicionalmente habían sido “buenos” habían dejado de serlo. Por ejemplo, diciembre siempre había sido un mes de mucho trabajo, parecía que llegar a finales del año hacía que los demás quisieran zanjar sus asuntos, y todos tenían prisa por terminar. Así que se facturaba mucho más que otros meses.
Sin embargo, cuando la crisis se instaló en nuestras vidas el mes de diciembre se transformó en un mes fantasma. Ni siquiera nos llaman por teléfono no sea que les recuerdes que no han pagado la minuta. Los clientes están más centrados en las navidades y no tan preocupados por zanjar sus asuntos legales.
También me sirve para controlar los cobros, no siempre es fácil gestionarlos, y aunque hay una persona encargada de ello es un tema que hay que repasar. ¿Puedes imaginarte que desastre es no saber si te han pagado o no?
Reconozco que esto es más difícil cuanto más facturas gestionas, no es lo mismo tener cinco clientes que quinientos, y no es lo mismo prestar servicios que vender productos, pero sí o si debe ser una de tus prioridades.

Ya he hecho balance, ¿ahora qué?

Ya tenemos todos los resultados, hemos repasado, hemos parado a pensar en el porqué de dichos datos y ahora es cuando podemos pararnos a establecer el plan del año que viene.
No hay que hacer grandes planes, pero si te conviene preparar el calendario, ver cuando vas a desarrollar determinadas acciones, o simplemente cuando vas a planificar el siguiente lanzamiento.
Aquí es donde vas a poder ajustar los planes a tu realidad, a tu propia situación, donde vas a poder alinear tu vida profesional con la personal, pro eso es bueno planificar y anticipar.
Si lo necesitas, recuerda que nuestro mapa de carreteras te puede ayudar, utilízalo todas las veces que lo necesites, sólo tienes que imprimir y comenzar a rellenar.
Y no te olvides de venir a contarnos cómo va tu balance.

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