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De registros y otras cosas
Y ya hemos llegado a la parte más delicada de todas, la que de verdad tiene que ver con nosotros, con nuestro nombre, con nuestra marca y con nuestras creaciones. Y pese a lo importante que es, no solemos pensar en ella hasta que no es demasiado tarde.
Has puesto toda tu ilusión, todas tus energías y muchas veces hasta todos tus ahorros en crear tu proyecto, darle forma, dotarlo de contenido, has dedicado mil horas a darlo a conocer, trabajas día y noche en él y no has dedicado ni un minuto a proteger tanto trabajo.
Tu marca, tu logotipo, tus creaciones e incluso tu contenido se quedan desprotegidos sino utilizas las herramientas que la legislación pone a nuestro alcance. Las marcas hay que registrarlas, no basta con comprar un dominio, eso no sirve de nada, no nos protege, aunque sea también necesario.
En un mundo ideal, donde todos respetaran el trabajo de los demás, donde no se pudiera llegar a la misma conclusión por más de una persona, donde los patrones de pensamiento fueran únicos y donde todo el mundo fuera honrado podría no ser necesario, pero mientras estemos en la tierra, en este mundo hiperconectado, será necesario protegerte lo más posible.
La realidad es que vivimos en un mundo muy preventivo, aseguramos todo lo asegurable por si las moscas, tenemos seguro de robo, de incendios, seguro médico, hasta seguro de vida, planificamos las mil y una eventualidades que pueden pasarnos en la vida, y nos olvidamos de proteger nuestro trabajo.
Parece que eso de las patentes y marcas suena a invento del siglo, a súper empresa o súper negocio y por eso, por creer que no es para nosotros, nos alejamos del tema, dejamos de pensar en él, o lo que es mucho peor, creemos que no lo merecemos.
¿Te suena la frase “no puedo pagarlo”, “¿quién va a copiarme a mi?”, “si sólo soy frelance”, o “no me conoce nadie”? Estoy segura que alguna ha revoloteado por tu cabeza.
¿Puedes imaginar lo que ocurriría si mañana alguien te llamara para decirte que no puedes usar el nombre de tu negocio porque esa persona tiene registrado el nombre y, por lo tanto, mejor derecho?
Nunca llegas a imaginar el horror de esa situación hasta que ocurre, todos conocemos a alguien que le ha pasado, al que le han robado el trabajo, al que suplantan la identidad, pero siempre pensamos que eso les pasa a los demás.
Pero no hay nada más importante, por lo menos para mi, que mi negocio. Me gano la vida con él, es mi medio para todo, si no gano dinero con mi negocio no tengo otra fuente de ingresos, por lo que para mi es importantísimo y tengo que protegerlo a toda costa. ¿No te ocurre lo mismo?
Ya hemos hablado en otras ocasiones de este tema, estuvimos viendo que las ideas no pueden registrarse, de lo conveniente que es registrar tu nombre, tu marca y también estuvimos hablando de derechos de autor, en el blog de Vane Canavesi.
Cómo siempre, mi recomendación es que busques un profesional que pueda ayudarte, contarte cual es la mejor solución para ti, y sobre todo, dar el paso de hacer todo lo que te recomiende.
Y mientras tanto, yo te recomiendo mis top 12:
1.- Registra la marca de tu negocio, incluido el logotipo.
2.- Registra la patente de tus creaciones (procedimiento, un método de fabricación, una máquina o un producto).
3.- Recuerda que antes de iniciar el procedimiento puedes consultar si existe una marca cómo la tuya.
4.- La propiedad industrial (patentes y marcas) sólo se protege con el registro.
5.- Comparte tus ideas sólo con personas de confianza.
6.- La propiedad intelectual y los derechos de autor no requieren de registro, aprende a documentar tu trabajo.
7.- Pon marca de agua en todas tus fotografías.
8.- Firma todos tus textos.
9.- Aprende a marcar toda tu obra.
10.- Disfruta del proceso creativo y regalanos tus creaciones, el mundo lo agradecerá.
11.- Si alguna vez te enfrentas a alguna de estas situaciones, sé firme en la defensa de tus intereses, pero intenta que no te reste la ilusión, las energías y la creatividad.
12.- Comparte, comparte y vuelve a compartir al mundo tu negocio, tus creaciones, tus productos.