Mi historia mastermind
Si es verdad que hoy soy corazón Mastermind, porque conozco los beneficios, porque vivo acompañada de mis Masters y porque confío plenamente en el poder del concepto compartir.
Desde siempre, mi madre tuvo cómo consigna un texto de Rabindranath Tagore, su más querido poeta, que hablaba justo de compartir, de crecer pensando en los demás, y esa consigna fue la que me acompañó durante mi infancia, mi adolescencia y mi juventud, y es esa consigna, cuando miro a mi madre, la que descubro que es la que la hace grande, la que se descubre como mujer sabia, que ha sabido combinar las circunstancias con serenidad y mucho amor.
Así que reconozco que ya desde pequeñita revoloteaba en mi cabeza la actitud de compartir, ya sabes que provengo de una familia numerosa, en la que la consigna compartir era el pan de cada día. Así que hoy, cuando echo la vista atrás, veo que esa semilla fue germinando poco a poco en mi interior hasta alcanzar su esplendor en este momento.
Es ahora cuando comprendo la grandeza de sus enseñanzas y cuando descubro la realidad de su creencia, y es con mis masters cuando realmente no solo mi negocio sino también mi vida dio un giro profundo.
Cómo siempre había llegado el final de una etapa y estaba buscando mi camino para la nueva, estaba intentando encajar las piezas del puzzle para tenerlo todo en cuenta, había muchas cosas que no funcionaban bien, que debíamos resolver, había que tomar decisiones de las feas, de las que quieres aplazar constantemente por el cansancio infinito que suponen, por lo duro que es reconocer nuestras propias equivocaciones, por lo difícil que es decirte a ti misma las verdades, sin ningún tipo de velo.
Y sobre todo, me encontraba muy sola. Hacia poco que había perdido a mi querido Club Darwin, había dejado compañeros en el camino, me sentía incomprendida, buscaba nuevas palabras, nuevos caminos, y quería compañeros de viaje.
Como siempre, hay cosas que me cuesta verlas a la primera, necesito verlas una y mil veces para poder aceptarlas, pero esta no fue una de ellas. Desde el primer momento pensé que tener “compañeras” de camino podía servirme para alejarme de mi tristeza, para respirar otros aire, para no tener excusas y para sacarme del punto en el que me encontraba. Al fin y al cabo no tenia tato que perder.
Y así comenzó un camino en el que tuvo que pasar el tiempo para ir conociéndonos, poco a poco el grupo inicial se fue perfilando tal y como es hoy, fuimos conociéndonos, estrechando lazos, conversando y fuimos soltándonos, cada día un poco más.
Tuve la suerte de encontrarme con ellas, de que todas fueran igual de perseverantes, de que ninguna desistiera de nuestra rutina y logramos superar el primer verano. Al principio intentábamos tener un guión, hacíamos deberes, y nos marcabamos objetivos, creo que nos hacia sentiros mas seguras en un nuevo mundo.
Ellas fueron las primeras personas que vieron el corazón de Blanco Legal, las que escucharon mi plan inicial, las que observaron sus avances y las que me han acompañado desde entonces, cada una de una manera, pero todas presentes.
Y día a día se convirtieron en una parte más de mi rutina diaria, los lunes por la tarde son suyos, mi calendario está bloqueado para que no pueda haber nada más, mis diseños son mastermind, mis ilusiones son mastermind, mis palabras muchas veces son mastsermind.
Y así fuimos creciendo, en grupo, a la par, y no solo empresarialmente, que también, sino a nivel personal. Si valoro lo que me aporta mi grupo mastermind no puedo decidir que parte tienen que ver conmigo y que parte con mi empresa, todo se entremezcla y gira alrededor sin que sea capaz de decidir donde comienza y termina cada una.
Pero no fui consciente de todo ello hasta que en mayo del año pasado vinieron a la celebración de nuestros 76 años, viajaron para poder compartir conmigo un momento importante, un punto de inflexión en la carrera de Blanco Legal. Creo que desde ese momento nuestra relación evolucionó y creció exponencialmente.
Nuestra relación siempre ha sido online, sin embargo nunca hemos notado la distancia física como un handicap ni con nuestro grupo ni con nuestra relación, pero la verdad es que el poder abrazarlas no tiene precio.
Durante este tiempo nuestros proyectos han dado pasos de gigante, todas sin excepción hemos crecido, hemos madurado y hemos encontrado nuestro camino, ese que al comienzo de todo no veíamos. Cada día avanzamos con paso más seguro, ya no parecemos niños asustados, sino que nos hemos convertido en empresarias seguras de lo que quieren, dispuestas a trabajar por sus sueños.
Puede parecer muy tópico, la verdad, pero si mi mente no estuviera en modo mastermind, yo no hubiera cambiado mi horario de trabajo, ni compartiría las tardes estudiando con Carlota, ni hubiera dejado de hacer malabarismos para que mi vida familiar sea más cómoda, más alineada con mis necesidades del momento.
Y creo que nunca me hubiera permitido soñar tanto, y gritarlo a los cuatro vientos. Muchos creerán que estoy loca, que no tengo los pies en el suelo, pero he logrado, después de cinco largos años, volver a tener objetivos en mi empresa, objetivos contantes y sonantes, con números, y si, son un sueño, pero en estos momentos estoy trabajando para llegar a ellos.
Se acabó el caminar sin ruta determinada, sin saber donde queremos llegar, se acabó hacer las cosas cómo no quiero hacerlas, o el dejarme llevar por las circunstancias. Y eso solo es posible porque mi corazón es corazón mastermind.
Compartir, confiar, seguir compartiendo, visualizar, planificar, crecer, seguir compartiendo, disfrutar, soñar, llorar, reír y amar, eso es el corazón mastermind.
¿Y cómo puedo saber todo esto y no compartirlo contigo?
Imposible, no es posible que me guarde para mi este gran secreto, que me quede con los brazos cruzados y no haga nada para que tu puedas vivir tu propia experiencia mastermind. Necesito contártelo y que lo vivías en tus propias carnes, necesito que rompas las barreras que todos tenemos y te lances a esta aventura, y que seas capaz de crecer en libertad y de tener la misma certeza que tiene mi mamá.
Imagina un mundo en el que se hable tu idioma, en el que puedas contar tus miedos, en el que puedas soñar sin limites, en el que el trabajo bien hecho siempre tiene recompensa, en el que encuentras apoyos para cuando hace falta, en el que las relaciones son la base de los negocios, en el que hacer las cosas a tu manera, en el que lograr encontrar tu voz y tu gente.
¿Te lo imaginas?
Ya puedes decir que sí, ya no hay excusa para que tu también seas corazón Mastermind, para dejarte de excusas y trabajar para que tu empresa llegue donde te has propuesto, para que formes parte de la comunidad mas genial del universo, una comunidad que comparte, que disfruta de los éxitos ajenos, que se compromete al 1000% con su grupo y que piensa no solo en positivo sino también en conjunto.
Por eso, si el 2017 va a ser tu año, si te has propuestos darlo todo y luchar con todas tus fuerzas por tus sueños y objetivos, estás de suerte. Comienzan las inscripciones 2017 para tener tu propio grupo, para que te acompañe en el proceso, para vivir tu propia experiencia Mastermind, y para que seas tú la próxima Master que cuente su experiencia.
Que no te lo cuenten, ¡participa!
Si quieres saber que opinan de la experiencia Mastermind, te invito a ver estos vídeos.