Muchas veces los proyectos se estancan o no avanzan como debieran porque no hemos definido nuestra historia, no hemos meditado el discurso que hay detrás de nuestro proyecto, el porqué hacemos las cosas como las hacemos, y lo que hoy se llama en marketing digital Storytelling.
Da igual cómo lo llamemos, el nombre anglosajón o mucho más castizo, ten en cuenta que cómo todo en la vida, en los negocios y proyectos también existen motivos importantes que nos hacen plantearnos las cosas de una u otra manera, nos hacen contar a nuestro público, a nuestros clientes, las cosas de una forma determinada.
Además nos encontramos en un momento en el que la saturación de información es importante, todos tenemos “demasiada” información, demasiadas ofertas, productos, por lo que es mucho más difícil distinguirse uno de otros, y nos preguntamos en todo momento, ¿qué hago yo para conseguir que me veas?, ¿qué hago yo para conseguir que te quedes conmigo?.
Por lo tanto, hay que poder llegar a ellos y contarles nuestra historia, la razón de la que yo esté aquí, el porque de mi forma de hacer las cosas, de lo que se significa para mi, o de la alegría que me produce el hacer algo en concreto, habrá que ser capaces de poder transmitir, en cualquier formato posible, nuestra historia, la parte más importante de cualquiera de nuestros proyectos.
Y habrá que comenzar por el principio, dotándo de contenido a nuestra historia, para después poder darle forma, así que hay que plantearse: ¿a quién quieres llegar?, ¿quién es tu audiencia?, ¿qué quieres contar?, ¿cuál es tú objetivo?, ¿cuales son tus superpoderes? Para ello no hace falta ser novelista ni cuentacuentos, solo hay que parase a investigar sobre ti, sobre tu producto, sobre tu público, por lo que puedes hacer un montón de cosas para ello:
cuenta tu día a día
pon cara a tu historia
crea historias originales
interésate por tu audiencia
provoca interés
aprovecha el feedback
usa diversos formatos
¿Te acuerdas lo que te llevó a llevar tu proyecto a cabo?, ¿la primera vez que lo pensaste?, ¿qué sentiste?, ¿quién te animó?, ¿las dificultades que tuviste que sobrellevar?, ¿la primera vez que alguien te compró lo que tu vendías?, ¿recuerdas esa emoción?
No creas que la historia se puede contar a la primera, no todo el mundo tiene el mismo don de la palabra, ni escribe o habla igual de bien, por lo que no te desesperes si a la primera no sale cómo tu quieres, ten en cuenta que estamos hablando de tu historia, aquella que evoluciona al mismo ritmo que tú, por lo que no es una parte de nuestro negocio estática, sino que es cambiante y como tal debemos ir adaptándola al momento, sin embargo hay algunas cosas que nunca varían, porque forman parte de nuestra parte más profunda, nuestros valores.
Ellos serán sobre los que construyamos todo lo demás, así que te ayudará el hacer una lista con los que te representen, no se trata de juzgar, sino de ser fiel a ti mismo, así que tranquilo, relajate y haz una lista.
Ahora es buen momento para poder mirar a tu competencia, a los que se dedican a lo mismo que tú, siempre con una actitud positiva, intentando aprender de ellos, y preguntarte muy seriamente, ¿qué hacen ellos que se distingue de mi?, ¿qué ofrecen a los demás?, ¿lo hacen mejor?, ¿me enseñan que parte debo mejorar, fortalecer o instaurar?, ¿qué puedo decir de ellos?
¿En que vas a basar este año tu proyecto?, ¿cuál va a ser la característica del mismo que más vas a promocionar?, recuerda que el precio se sobreentiende, ya va desde el inicio unido a tu producto o servicio, así que no es una novedad ni algo que te acerque a tu cliente.
No te olvides contarnos cuanto te cuesta esta parte, tus trucos para avanzar, cómo focalizas las ideas, que haces para escribir, que encuentras útil o simplemente en que te podemos ayudar, estamos encantados de saber de ti.
Feliz semana, nos vemos el viernes que viene.