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Siempre que pienso en Maestros, me viene a la cabeza la película Karate Kid, recuerdo, cómo si fuera hoy, al Señor Miyagi dando consejos al protagonista, consejos que no tenían ni un sentido ni medio. ¿Recuerdas el “dar cera, pulir cera”?
También me vienen a la cabeza los maestros en artes marciales, impasibles ante la vida, pero con las cosas muy claras, conociendo todas las respuestas, y sobre todo, las preguntas. Su actitud es la clave del éxito de su tutelado y la calma es el ingrediente secreto.
Me llama poderosamente la atención la relación tan íntima y personal que tienen ambos protagonistas, y desde que tengo memoria, han sido mi inspiración. El compromiso personal que no conoce barreras ni límites ha sido por siempre una constante en mi búsqueda, con independencia del momento en el que me encontrara, por lo que cuando hablo de negocios, de mi negocio, también es mi constante.
En el mundo de los negocios parece muchas veces que con aparentar ya es suficiente, prima la publicidad y el marketing sobre todo lo demás, por lo que muchas veces se nos pasa por alto aquello que no se ve a la primera, el conocimiento oculto.
La sutileza siempre es para grandes mentes y corazones abiertos, siempre para triunfar hay que tener un gran corazón, hay que dotarse de aquéllas cualidades esenciales en la vida y que normalmente no están de moda en el mundo empresarial.
Hoy hay más gente preocupada por alcanzar popularidad, visibilidad, y reconocimiento público que por adquirir todas esas destrezas que se necesitan para lograr un negocio de éxito.
Un gurú, mentor, es aquella persona que te enseña sobre una competencia concreta, durante un tiempo en concreto, sin qu muchas veces logre alcanzar el éxito del tutelado. De élpodrás esperar:
1.- Conocimientos específicos sobre una materia.
2.- Una porción limitada de su tiempo, normalmente centrada en las sesiones contratadas.
3.- Una relación comercial.
4.- Un temario cerrado.
5.- Poco conocimiento de tu persona y tu proyecto.
6.- Acciones reiterativas, que reparte por partes iguales entre todos sus alumnos, sin aplicar distinciones cualitativas.
7.- Poca visión de conjunto.
Está claro que suelen tener conocimientos sobre una materia concreta, se especializan, e incluso pueden llegar a hiper especializarse, y todos terminan pareciéndose al maestro que les precedió. Por eso hay estilos que identificas allá donde mires.
Puede que en un momento dado de tu vida necesites de sus conocimientos, lo busques y encuentres al adecuado. Puede que tus amigos, tu círculo cercano, te recomiende a alguien e incluso puede que sueñes con llegar a poder contratar a alguien de ese tipo.
Y yo no digo que no, puede que yo también lo necesite, pero en este momento de mi vida, en el punto exacto en que se encuentra mi proyecto, lo que yo quiero es un maestro.
Quiero estar acompañada de un verdadero maestro, aquél que mira mucho más allá del hoy, que es capaz de visualizar el futuro y que incorpora no solo conocimiento sino un conjunto de valores importantes.
De un maestro puedes esperar:
1.- Compromiso personal.
2.- Sin límites temporales.
3.- La verdad al desnudo.
4.- Permanecera a tu lado, incluso en los malos momentos, o sobre todo, en esos momentos.
5.- Te enseñará su visión de la vida, su experiencia, su memoria, sus conocimientos.
6.- Jamás dudará de ti, sea cual sea el momento en el que te encuentres.
7.- Te dará todas las herramientas que posea para que puedas avanzar en la vida.
8.- Tratará tu negocio cómo una extensión de tu vida, una parte intrínsecamente ligada a ti.
Ni que decir que el concepto de maestro me tiene enamorada, la relación entre dos personas, ese nexo invisible que les une y no se rompe con nada, la confianza ciega, el cuidado existente entre ambos, la permanencia a pesar de la adversidad.
Y lo que más me gusta es que hace la parte diffcil, la que de verdad cuesta. ¿Cuanto darías por tener a una persona a tu lado que fuera capaz de decirte la verdad? ¿Cuántas veces has escuchado que te dicen que una idea tiene futuro sabiendo que es totalmente incierto?
Decir las cosas tal cómo son sin hacer daño es un arte, contar con alguien así a tu lado, es un regalo que no todos los días ocurre. ¿Te imaginas contar con el apoyo incondicional, incluso en los peores momentos?
¿Recuerdas la última vez que fracasaste en algo? Yo lo tengo muy en mente, la verdad es que no suelo olvidar esas cosas, y no me libro tan fácilmente de mi propio castigo, el peor de todos, el que nos infringimos nosotros mismos.
La semana pasada te decía que si no tenías un maestro n tu vida, salieras a buscarlo sin falta, esta semana me reitero en la necesidad de contar con un compañero de viaje, sobre todo en el plano empresarial.
Hacer negocios no solo con cabeza, sino también con corazón, es el éxito indudable de tu empresa. Contar con el compromiso y apoyo de un maestro es lo que marcará la diferencia, es la clave para lograr llegar donde te has propuesto, haciendo del recorrido toda una aventura.
