Sobre el valor de marca

Quiero conducir un Mercedes, vistiendo un traje de Armani y escuchando música por un sistema de sonido Sony o dicho de otra forma, los coches alemanes, el diseño italiano y la tecnología de japonesa. ¿Por qué asociamos las marcas de coches alemanes con status, lujo, calidad, fiabilidad?, ¿por qué el diseño italiano se se ha transformado en seña de identidad del país de la bota?, ¿por qué las empresas punteras en tecnología son japonesas? Probablemente porque los alemanes llevan más de un siglo haciendo motores (Mercedes comenzó por 1883, BMW en 1926), los italianos tienen una larga tradición relacionado con las artes y la estética (sino recordad el cole), los japoneses tienen su pasión característica por el trabajo bien hecho. Todo esto son elucubraciones mías que pueden ayudar a intuir las razones que hay detrás del éxito de algunas empresas de los países mencionados.

Aunque el ejemplo inicial habla de productos materiales  en el fondo todo esto nos lleva a hablar de algo intangible como es la percepción que tiene la gente, de los coches alemanes, el diseño italiano o la tecnología japonesa, y por supuesto de nosotros y nuestro negocio ¿Por qué los preferimos?, ¿por qué deberían elegirnos a nosotros y no a la competencia?

Por ejemplo por el hecho de que un coche alemán es fiable, porque un buen traje italiano podríamos decir que es estilo que se acerca al arte y porque la tecnología japonesa es sinónimo de calidad. Confianza, arte, calidad son todos conceptos intangibles tal como lo es el valor de marca del que quería hablar en un principio. ¿Qué entendemos por valor de marca?
El valor de marca es un determinado valor (que puede ser positivo o negativo)  que con el paso del tiempo ha ido adquiriendo un producto o servicio. Se produce mediante la asociación que las personas hacen sobre la empresa y sus productos. Es decir la experiencia nos ha demostrado la fiabilidad de los coches, la elegancia de los trajes o la calidad de los sistemas de audio.
De forma que entender lo que abarca  el concepto “valor de marca” es de vital importancia para todos, pero en especial para quienes están empezando su negocio.  Tiene que ver con las razones de fondo que marcarán la diferencia entre dos productos o servicios de similares categorías. Se me ocurre que podríamos relacionar el valor de marca con el “espíritu” que hay detrás de las cosas que hacemos.

 Sin duda que tiene que ver con nuestros valores (vuelta a los intangibles). Qué valores tenemos como personas, que luego se traducen en nuestro quehacer diario. Los alemanes quisieron hacer buenos coches y hoy tienen su “fama” bien ganada. Nosotros queremos que  que nuestros clientes repitan con nosotros, queremos que  nos vuelvan a comprar, o que nos vuelvan a contratar. Los motivos por los que lo hagan son los que están íntimamente relacionados con nuestro valor de marca. 

Si la experiencia que tienen con nuestro negocio les satisfizo, lo más probable es que repitan y nos recomienden a sus amigos, eso sólo significa beneficios para nuestro negocio. De forma que debemos pararnos a pensar en lo siguiente: ¿Cuál es la razón por la que queremos que nuestros clientes nos recuerden?, ¿prestamos un servicio de calidad?, ¿resolvemos problemas de forma eficaz y rápida?, ¿somos confiables?, ¿honrados?,  ¿fabricamos productos que útiles y perdurables?, ¿nuestro producto hace más cómoda la vida de los clientes?
Si las respuestas son afirmativas, estaremos dándole valor de marca a nuestro producto y/o servicio. De forma que tener claro los valores que nos mueven y aferrarnos a ellos debería ser algo en lo que reflexionar. 

En Blanco Legal tenemos claras algunas de estas cosas claras (otras no tanto) pero sí tenemos claro que un pilar en nuestra relación con los clientes es la confianza. Ellos depositan su confianza en nuestro trabajo y nosotros confiamos en que ellos acepten que nuestro criterio experto, sobre todo en asuntos legales que a veces suelen ser más sensibles o delicados.
Otro de nuestros pilares que da valor a nuestra marca es la honestidad. En ocasiones hay que decirle al cliente cosas que no le gustará oír, pero lo hacemos porque sabemos que es lo mejor para resolver su problema. Sabemos que puede ser un mal trago pero lo hacemos porque creemos que es lo mejor.

Podría seguir pero completar los 11 puntos de nuestro decálogo de valores Blanco Legal se haría muy largo. Si queréis verlos podéis apuntaros al grupo de Facebook MasterMind Blanco Legal o seguirnos en nuestras redes sociales.

Hasta la próxima
Rubén Manriquez

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